¡Qué bonito día!... o eso es la idea
general de esta fecha, ¿no? Para mí, lo más grandioso de este día
es que, por lo menos, hay alguien que programó esta fecha para
valorar el AMOR, ese valor que cada día pierde más importancia.
Yo, por suerte, tengo una persona
maravillosa a mi lado desde hace, a estas fechas que escribo esto,
casi 7 años. Soy muy afortunado por tenerla junto a mí y, tal vez,
nunca llegue a valorarlo y siempre pensaré que no me merezco lo que
ella me da y lo que la vida me ha regalado al permitirme tenerla a mi
lado. La verdad que hoy, aunque celebraré con ella este día, por
supuesto, no es para mí una fiesta que me encante, dado que no es
cierto que sólo hoy me acuerde que estoy enamorado de ella o que
ella lo está de mí (también por suerte sé que es así). Asimismo,
tampoco me gusta la idea de que, por ser el día que es, haya que
regalarse algo para demostrar el cariño que nos tenemos. De todas
formas, he de confesar que esta es la idea que tenía hasta hoy, será
tal vez porque hoy empieza esta aventura de este blog. Y digo esto
porque (vuelvo a la idea con la que comencé), concretamente hoy, he
tenido un acontecimiento que me preocupaba bastante, que ha hecho que
me plantee si abandonar unas cosas, si merece la pena una cosa que
tengo entre manos... pero ha sido así hasta que he llegado a mi casa
y he pensado que en muy pocos minutos he quedado con esa maravillosa
princesa que tengo a mi lado... ¿y qué ha pasado? Se me han
olvidado todos estos problemas... Y eso es lo que realmente, de
momento (ya que ahora tengo una cita...), me llevo del día de San
Valentín, y es que me ha ayudado a valorar a esa persona que tengo a
mi lado y que tanto me aporta, me aportó y me aportará por siempre
si Dios quiere (lo digo así porque es una frase hecha pero, por
suerte, los dos sabemos que Dios sí lo quiere así...). Me ha
ayudado a pensar en los problemas y en todo aquello que no nos
permiten valorar correctamente a esa persona con la que compartimos
nuestra vida, me ha ayudado a caer en la cuenta en todos aquellos
enfados y malas contestaciones que tienen que aguantar porque es ella
la que están ahí... y realmente, porque ella están ahí, no
debería aguantar nada de eso y debería recibir todo el amor y el
cariño que podamos dar en esta vida...
De momento, pido perdón y pediré
ayuda a Dios para que cambie eso en mi vida. Y bueno, por supuesto,
también doy gracias por toda esa gente con las que comparto mi
camino en esta vida y, sobretodo, GRACIAS Y FELICIDADES a tí, mi
princesa, por todo lo que tú sabes y por todo lo que no tendré
tiempo en esta vida de agradecerte. Eso sí, hoy también te pediré
un favor... nunca dejes de estar ahí ni de quererme, ¡¡porque tú
y yo sabemos que este proyecto de vida es de los dos juntos!! (Y de
quien nos lo ha dicho nos podemos fiar, ¿no?) jejeje
Y, para terminar, quisiera decir
también otra cosa para que esta reflexión no sea sólo mía
propia... Donde he dicho ella, la persona que tengo a mi lado, podría
haber dicho también ellos, todas esas personas que están en nuestra
vida y que muchas veces nos sirven para desahogarnos en forma de
enfado, malas contestaciones... seguro que te pasa con mucha gente...
y realmente debemos, aunque nos cueste la misma vida, cambiar eso y
agradecerles que estén con nosotros en esta vida y que nos
transmitan tanto...
Y pensar que esta mañana cuando me
desperté no le veía sentido a que alguien nos dijera cuándo
tenemos que demostrar el amor que tenemos hacia una pareja... Pero
bueno, esta es una bofetada más que la vida me da y que seguro me
hará aprender muchas cosas... y que tal vez incluso me permita ser
instrumento de Dios y que quien lea esto lo aprenda también... No lo
sé, de momento, empezaré por tí mismo y te daré las gracias por
estar ahí...
No hay comentarios:
Publicar un comentario