Soy un fiel seguidor del Carnaval de Cádiz, sí, me encanta, todo, desde coros a cuartetos, pasando por chirigotas y comparsas... Y, aunque vemos este hecho en muchísimas ocasiones de nuestras vidas, ha sido en algunos pasodobles de este Concurso del Falla donde me surgió este tema... las críticas a la riqueza de la Iglesia. Es cierto que no sólo muchas personas se quejan en Carnaval, también hay muchas críticas de este mismo tema todos los días en la televisión, es la acusación más sencilla de "los pasotas" o los ateos: "¿y tanto dinero que tiene la Iglesia por qué no se lo da a los pobres?"... Y millones de expresiones así con las que buscan atacar a los miembros de la Iglesia, y no sólo eso, sino también buscan atacar a su creencia, a su forma de vida...
Yo pienso que esto pasa por un gran desconocimiento sobre algunos conceptos. Porque una cosa es riqueza, otra cosa es patrimonio, otra cosa es dinero... La Iglesia tiene muchas cosas de mucho valor como, por ejemplo, un altar de oro, un retablo barroco, una imagen de un Cristo crucificado tallado en madera, una catedral... Pero, realmente, ¿por qué cuesta tanto dinero un retablo en oro del Barroco? Pues tal vez en su día costó muy poco hacerlo. Tal vez lo más caro fueron las horas de trabajo que aquellas personas que lo hicieron por devoción. Pero, hoy en día, siguiendo con el ejemplo de este retablo, pues si quisiéramos comprarlo o si lo vendiéramos valdría mucho más dinero que cuando se hizo... pero por el paso del tiempo. Es el mismo ejemplo de, por ejemplo, una catedral. ¿Podrían alimentarse algunas personas necesitadas con el dinero que se saque de vender una catedral? Pues sí, la verdad es que seguramente muchas personas pero, ¿por qué vale ese dinero esa catedral? Seguramente no será porque costó eso mismo construirla, sino por el valor que sus fieles le han dado y por pertenecer a un patrimonio de la Iglesia... Pero bueno una cosa es el valor que tenga y otra quién va a pagar ese dinero para que ese dinero la Iglesia lo pueda hacer llegar a los pobres... Como le escuché hace poco al Obispo de mi Diócesis... "Venga, vale, vendemos la catedral... ¿Y quién compra eso? ¿Y para qué? ¿Para poner un museo, una tienda de ropa, una discoteca...?"
Sé que estas son algunas de las reflexiones que todas esas personas que buscan atacar a la Iglesia y podría escribir miles de los millones de comentarios que he recibido como todo estos... Pero no voy a hacerlo hoy, ni voy a explicar mi visión como cristiano católico perteneciente a la Iglesia de la "riqueza de la Iglesia"... O bueno, sí, voy a darle mi opinión a todos aquellos que piensan que la Iglesia es rica... ¡OS DOY LA RAZÓN!
Os entiendo, os doy la razón, comparto con vosotros la idea que tenéis con la frase "la Iglesia es rica". Es normal que os enfadéis, ataquéis con eso y que, en el fondo, tengáis envidia porque la Iglesia es más rica que vosotros... Y lo entiendo porque en la Iglesia, nuestra vida cobra sentido, nos sentimos arropados por todos los que formamos la Iglesia... ¿Tener a Jesús dentro de cada uno de los que formamos su Iglesia? ¡Eso no hay dinero para pagarlo! ¡Qué suerte que tenemos de ser ricos! Ricos de amor, ricos porque Jesús está en nuestras vidas, ricos de amigos, ricos de evangelizadores, ricos de instrumentos de Dios... ¡Una JMJ (Jornada Mundial de Juventud), ahí sí que se ve cuánta riqueza tiene la Iglesia...! ¡Qué envidia de que Dios, a través del Papa, convoque a tantos jóvenes de tantas edades diferentes y de tantas naciones diferentes! ¿Por qué atacaros a vosotros que decís esto de la riqueza de la Iglesia? ¡Si lo único que hacéis es reconocer una verdad inmensa! ¿Y sabéis qué? Que más orgulloso estoy de pertenecer a la Iglesia de Cristo, de ser rico por la oportunidad que Él mismo me ha dado de pertenecer a este grupo donde triunfa el compartir, el amor, los buenos valores...
¡Ah, y no te enfades! Que nadie te ha dicho que Jesús no te quiera en su Iglesia, ¿eh? Es más, Él siempre tendrá abiertas las puertas de su Iglesia a tí y a todos los que, como tanta envidia te da, quieran ser igual de ricos que yo y que todos los que formamos esta gran familia. ¿Por qué te quejas de lo ricos que somos los de la Iglesia? Aprovecha y entra a formar parte de esta Iglesia, que ya verás que tendrás todos los lujos y toda la riqueza del mundo... porque tener alrededor a gente como tú que se mueven y son movidos porque tienen a Dios y a Jesús presentes en sus vidas... ¡ESO NO TIENE PRECIO NI HAY DINERO PARA COMPRARLO!
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