jueves, 15 de marzo de 2012

CUENTO PARA EL DÍA DEL RACISMO

Después de bastante tiempo sin publicar nada, os traigo un cuento que he encontrado muy adecuado para trabajar el Día del Racismo, celebrado mundialmente el día 21 de Marzo. Esta vez, para esta historia, no os escribiré una moraleja, dado que seguro que sacáis muchas más reflexiones de las que yo os puedo escribir aquí. La historia es de autor desconocido y se llama "Una plaza en primera clase". Espero que os sea útil. Os dejo con la historia...

"UNA PLAZA EN PRIMERA CLASE"

En pleno vuelo desde Johannesburgo a Londres, una señora blanca de unos cincuenta años se sienta al lado de un pasajero de color. Muy molesta ésta por ello, llama a la azafata para quejarse:

- ¿Cuál es el problema señora? - pregunta la azorada azafata.

- ¿Pero acaso usted es tan irracional que no lo ve? - responde la señora - me ha sentado al lado "de un oloroso negro de vaya uno a saber qué suburbio o de qué lugar de la selva salió"... Jamás me sentaré al lado de él, porque no está a mi altura, esa pobre cosa. Es por ello que no puedo quedarme al lado de él. Y dirigiéndose a la azafata le ordenó en muy mal tono: - Usted, me tendrá que dar otro asiento.

- Por favor, cálmese - dijo la azafata-. Todos los lugares de clase turista de este vuelo están ocupados. Voy a ver si hay algún lugar en clase ejecutiva o en primera libre.

La azafata se apura y vuelve unos minutos más tarde sofocada por la breve carrera y ante la impaciencia y el mal humor de la mujer ya muy manifiesto ante los demás, le explica: "muy señora mía como yo sospechaba no hay ningún lugar vacío en clase turista como corresponde a la reserva. Por ello y ante la urgencia del caso, conversé personalmente con el comandante. Éste me confirmó que tampoco hay lugar en la parte que corresponde a la clase ejecutiva. Pero sí me dijo que sólo tenemos un lugar en primera clase. Un único lugar que me autorizó, por supuesto, a ocuparlo".

Pero antes que la persona de color blanca pudiese responder agradecida, la azafata continuó: "Es totalmente inusitado que la compañía conceda un asiento de primera clase a alguien que está en turista, pero dadas las circunstancias, el comandante consideró que sería escandaloso que alguien sea obligado a sentarse al lado de una persona de este tipo".

Y, diciendo eso, la azafata miró a la persona de color negro y, con una amplia sonrisa, le dijo:

- Si el señor me hiciera el favor de coger sus pertenencias, el asiento de primera clase ya está preparado para usted, si lo acepta. Todos los pasajeros alrededor de esa persona de color, que acompañaron la escena y la escucharon, se levantaron y aplaudieron la actitud del comandante y la compañía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario